sábado, 23 de febrero de 2013

GUÍA PARA LA LECTURA DE LA FUNDAMENTACIÓN DE LA METÁFISICA DE LA S COSTUMBRES (i. kANT)






0.Prólogo.
1.-Caracterización de la ética.(5-33)
Trata de la necesidad de fundamentar la Ética concebida como una “metafísica de las costumbres”, entendiendo por metafísica la reflexión sobre los principios universales de las costumbres morales.
El tema de la ética son “las leyes de la libertad”, a diferencia de las ciencias de la naturaleza que se ocupan de “las leyes de la naturaleza” (10). Ya de principio Kant separa su concepción de la ética de cualquier planteamiento naturalista.
En tanto que teoría racional se ha de basar en “principios a priori” y ha de estar dirigida a determinar “los objetos del entendimiento”, en este caso las costumbres y códigos morales. Por tratarse de algo práctico (es decir que regula la actuación del hombre) tiene también una parte sensible, además de su fundamentación racional. (33). Queda entonces por aclarar si es necesario investigar las posibilidades que tiene la razón pura de suministrar esos principios a priori al igual que habría que hacer con la Física (60)
2.-Su fundamento ha de ser racional (y  como tal universal y necesario) (73-100)
-lo atestigua el sentimiento común del deber (73)
-esta implícito en la pureza que ha de tener la ley moral (85)
3.-Necesidad de la misma (100-150)
-para descubrir el origen de los principios a priori (100)
-para que haya un hilo conductor de la moral (101)
-para evitar su confusión con la sicología (como hace C. Wolff), pues no es lo mismo los objetos singulares del querer, que el objeto universal de todo querer. Esto segundo requiere admitir la idea de una “voluntad pura posible” (135) sin la cual la ética sería imposible.
4.Conclusión: la fundamentación ha de ser una crítica de la “razón pura práctica” (150) que coincide como veremos con la “voluntad pura”. Esta idea está en sintonía con el “sentido común” (158).En este sentido la fundamentación tiene por fin “la investigación y el asiento del principio de moralidad” (175) que como seres racionales todos reconocemos.

I  PRIMERA PARTE De la conciencia moral vulgar de la razón al conocimiento filosófico.

Trata K. en esta primera parte de derivar el principio de moralidad a partir del hecho evidente para todos de que lo que otorga valor moral a lo que hacemos es la buena voluntad  con la que actuamos. Su argumentación sigue tres pasos: 1º Sienta el principio de la buena voluntad como punto de partida; 2º Aclara el contenido de la buena voluntad por la idea del deber; 3º esclarece la naturaleza de la ley moral desde la idea del deber.
1º La buena voluntad como punto de partida de la moralidad.(200-325)
El principio general es “nada puede pensarse bueno sin restricción, a no ser tan sólo una buena voluntad” (200). Es muy importante el matiz subrayado pues como veremos sirve para indicar la forma como es posible la buena voluntad  en el caso del hombre. En efecto en nuestro caso la voluntad siempre está restringida, limitada por la fuerza externa de la sensibilidad.
Este principio se explica en el sentido de que nada tiene valor  sino se acompaña de una buena voluntad, por lo que ni siquiera la felicidad lo tiene en sí misma. Así lo que vale moralmente es “ser dignos de ser felices” en virtud de la buena voluntad. (215).
Presta así especial atención a demostrar que el fin de la razón no puede ser  la felicidad (265-300), lo que sería un absurdo ya que para ello basta el instinto.
Hay que concluir que el fin de la razón es producir una buena voluntad, lo que hace de ésta el bien supremo del hombre (300-310).
2 .-La asociación de la BV por el concepto del deber.(325-485)
Si bien sólo es bueno una BV sin restricciones, es indudable que para obrar bien el hombre tiene que proponerse lo que ha de hacer como producto de un deber (en abstracto es bueno estudiar, pero yo sólo estudio si tengo claro que “debo estudiar”). Este recurso obedece según Kant a nuestra naturaleza sensible, en virtud de la cual hay que hablar de una BV pero con restricciones (330).  Para vencer las inclinaciones sensibles la razón ordena a la voluntad  cual es su  deber.
La unión de la BV con el deber llevar a tres proposiciones:
a)sólo es bueno lo que se hace por deber (330-430)Esto se aclara porque es preciso distinguir entre obrar conforme al deber y obrar por deber (335 ss). Kant lo aclara con una serie de ejemplos (el del comerciante, el de la auto conservación y el de la beneficencia, la filantropía y la felicidad). Es interesante fijarse en los tres  últimos  casos donde justifica que el valor moral de una acto estriba en que se haga no “por inclinación sino por deber” (400 y 420), aunque esta inclinación sea  el afecto o el amor. No es extraño que Kant interprete el mandato cristiano de “amar al prójimo como a uno mismo” en términos de deber y no de “amor patológico” (430).
b)El deber es un principio formal(430-45): ”una acción hecha por deber tiene su valor moral, no en el propósito que por medio de ella se quiere alcanzar sino en la máxima por la que ha sido resuelta...”(435)
Se trata en suma de atender a la hora de valorar moralmente una acción de fijarse no en el contenido de ésta, ni en lo que se pretende conseguir sino “en el principio de la voluntad” (445), lo cual por hacer abstracción de los fines que se persiguen es un “principio formal” (445)
c)”el deber es la necesidad de una acción por respeto a la ley” (450-480).
Se  sigue de los dos puntos anteriores el obrar por deber coincide con el único motivo moral posible: “el respeto puro a la ley práctica aun con perjuicio de todas mis inclinaciones” (465). El respeto a la ley se contrapone así con las inclinaciones o afectos naturales, razón por la cual el valor moral de la acción depende de que fundamento de la voluntad (es decir la máxima que esta se da) sea “la representación de la ley  en sí misma” (475).
3. La ley moral práctica (485-590)
Si el valor moral consiste en obrar por respeto a la ley se trata de aclarar en que consiste la ley práctica moral que merece ese respeto. Kant supone sin necesidad de indicarlo que obramos por máximas (reglas que nos damos por las que hacemos algo). La ley moral no será una máxima entre otras sino aquella que se atenga como criterio exclusivo al universalismo legal, puesto cabe exigirla a todos por igual. Según ello la ley moral dice : “yo no debo obrar nunca más que de modo que pueda querer que mi máxima deba convertirse en ley universal” (490). Por ejemplo resulta imposible que yo ponga como ley universal la máxima de incumplir mis promesas, porque entraría inmediatamente en contradicción. (500-35)
Este principio es según Kant congruente con lo que dice la razón vulgar, la cual por no precisar de pruebas se siente como más segura que la razón teórica (o filosofía) que busca pruebas y razones (550-585). Sin embargo ésta es necesaria para prevenir que la razón vulgar se corrompa, lo que puede ocurrir fácilmente (590-615)

II PARTE. Tránsito de la filosofía moral popular a la Metafísica de las Costumbres.
Éste capítulo responde a la cuestión :¿Cómo es posible que la razón práctica sea el fundamento de la ley moral?.
Una vez examinada la razón de ser de la evidencia moral (la BV) trata en este apartado de fundamentar la ética en principios puros o racionales. Para ello recorre el camino inverso del capítulo anterior: parte de la razón práctica para derivar de ahí la ley moral y como consecuencia de ello la naturaleza de la voluntad en su dimensión moral. Éste capítulo se puede dividir en cuatro partes:
Primero parte de la necesidad de una ética (aquí la denomina metafísica) fundada en la razón práctica. En segundo lugar explica la necesidad de entender la voluntad como razón práctica. En tercer lugar  explica el Imperativo categórico y sus diversas fórmulas. En cuarto lugar concluye la autonomía de la voluntad como principio supremo de la moralidad.
 1.-Necesidad de una Metafísica fundada en la razón práctica (640-815)
Esto se debe a la imposibilidad de demostrar empíricamente la moralidad (640-660), por lo que requiere un fundamento a priori (675-680), interpretando desde esa perspectiva algunas ideas del evangelio sobre Dios (710) y de la filosofía popular (730).
La superioridad de la razón sobre la sensibilidad hace que la razón no precise de ayudas sensibles para motivar nuestra conducta (770-775)
Como conclusión tenemos que :
-que toda conducta moral tiene su origen a priori en la razón y no en la sensibilidad (785)
-que la ley moral se debe derivar del concepto  universal de un ser racional (795)
-que se debe exponer “la facultad práctica de la razón desde sus reglas universales hasta allí donde surge el concepto de deber” (815) <lo primero se refiere al Imperativo categórico y lo segundo a la voluntad autónoma>.
2.-La voluntad como razón práctica.(820-1025)
En la medida que la ética se ha de basar en la razón y que nuestra conducta depende de la voluntad tenemos que la voluntad moral es razón práctica. (véase la importante definición   de la voluntad como razón práctica partir de que nuestra conducta se sigue de la posibilidad de “representarnos leyes (820-25”). ¿Cómo entender esa ley?:
a)    Como un imperativo.(840-865). Al ser la ley constrictiva por cuanto la razón no puede determinar totalmente, ante la resistencia sensible (825-40), tenemos que su representación es un mandato y su fórmula un imperativo (840).
En esto conviene distinguir entre la dimensión subjetiva de la ley (lo que nos mueve a seguirla) y la dimensión objetiva (lo que ella establece). La ley moral es imperativa para los humanos desde un punto de vista subjetivo, pues somos seres con inclinaciones sensibles (845-65).
b)La diferencia entre el imperativo categórico y el hipotético (875-1025)
-El  I.H. es problemático y asertórico (=contingente y descriptivo). Son de este carácter las propuestas relativas a la felicidad o los consejos para la sagacidad (890-915)
-El I.C. es apodíctico-práctico (=necesario y dirigido a la acción) y pone por encima de cualquier fin o propósito el deber, por lo que es el único imperativo de moralidad (930).
De forma académica explica la diferencia entre los imperativos técnicos, pragmáticos y morales y explica como son posibles cada uno (955-1020 ss)  Dentro de ello vuelve  a rechazar que el fin de la felicidad pueda ser objeto de un imperativo moral por la ambigüedad de su concepto (980).
3.-El Imperativo categórico.(1020-1710)
3.1.Posibilidad del Imperativo categórico(1020-1065).
Los imperativos hipotéticos (pragmáticos y técnicos) son posibles porque están subordinados a algún fin material, de modo que son medios para ese fin. Pero en el caso del Imperativo moral eso no es posible pues el mandato es incondicional (no se propone fin alguno). ¿Cómo es posible entonces el imperativo de moralidad?(1025).
No cabe prueba empírica a favor del mismo (1040), es decir no podemos saber  si es capaz de mover nuestra conducta ni de la nadie... Sólo  cabe por tanto partir a priori de su posibilidad (1050) en virtud de que es el único que se expresa como ley práctica (1060).
Se sigue que tiene el carácter de una proposición sintética práctica a priori (1065), es decir no deriva de la experiencia sino que está supuesta necesariamente en toda experiencia (en este caso la experiencia moral) para hacerla posible.
3.2.Las fórmulas del Imperativo categórico.(1070-1500).
1ª Fórmula.<Principio de universalidad>. Siendo una proposición sintética a priori  se trata de hacer seguir su fórmula del mismo concepto de imperativo categórico. Este no contiene otra cosa que “la necesidad de la máxima de conformarse con la ley” (1080) <es decir la coherencia con la razón>.
De donde que el IC dice: “obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal” (1085).
Esto equivale a obrar “como si la máxima de tu acción debiera  tomarse, por tu voluntad, ley universal de la naturaleza” (1095)
Explica y aplica este criterio a una serie de deberes prácticos(1100-1175): no suicidarse (deber hacia sí mismo negativo); cumplir las promesas (hacia los demás, negativo); desarrollar los propios talentos (hacia sí mismo, positivo); ayudar a la felicidad ajena (hacia los demás, positivo).. El denominador común de su argumentación es que sería incoherente hacer de lo contrario una ley universal (suicidarse, mentir, no perfeccionarse, pasar de los demás).
Concluye que la universalidad del principio no mengua por la resistencia de la sensibilidad, al contrario la oportunidad de vencerla le otorga su verdadera fuerza (1180-200). El deber por tanto se debe expresar como un Imperativo categórico (1205), que se deriva a priori  y no por el sentimiento, en lo que hace una crítica velada a D. Hume (1215-50).
2ª Fórmula. <Principio de humanidad>. 
Esta segunda formulación concreta el sentido del IC al ligarlo con la naturaleza de la voluntad a la que se dirige. Mientras la primera fórmula consiste en su dimensión objetiva por la que el IC es una ley objetiva práctica(1265) <no en el sentido de las leyes naturales o fenoménicas sino en cuanto obliga a todos por igual incondicionalmente y no depende de la subjetividad singular de cada cual>, la segunda tiene en cuenta la condición subjetiva de la voluntad (es decir facultad personal). Establece que el IC tendría que estar enlazado con el concepto de una voluntad pura en general de un ser racional (1255). En la medida que sea racional se trata de ver de que manera la razón determina a priori a la voluntad (1275).
Hay que tener en cuenta que nuestros actos se determinan por la voluntad y que esta se propone fines, por lo que la razón sólo puede determinar los fines de la voluntad si estos son absolutos, no son medios para otro fin. Al mismo tiempo tiene que ser un fin universal, necesario para todos por igual.(1285-300).
El fin objetivo (es decir universal) y no subjetivo (es decir singular) para la voluntad será “algo cuya existencia tenga un valor absoluto”(1300). Se trata entonces del hombre (1305) , en su humanidad o en cuanto que es persona(1320) <sujeto de derechos y capaz de determinarse libremente> , y por consiguiente  sólo el hombre en su humanidad es “un fin objetivo en sí mismo” (1335), “nunca  solamente un medio” para otro fin.
La 2ª formula dice así: “obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como un medio” (1345).
De nuevo se aplica esta fórmula a los ejemplos anteriores, con el argumento común que de no cumplirla se utilizaría al prójimo y a uno mismo  como medio y en contra de la idea de humanidad (1345-85). Lo más importante es la aclaración de que la aplicación de este principio hay que entenderla como una “condición limitativa” en las relaciones humanas y en general de todos nuestros fines subjetivos(1392)<pues es natural buscar el propio beneficio al tratar con los demás pero se trata de no hacerlo a costa del otro, de ahí que diga “como un fin al mismo tiempo nunca solamente como un medio”>.
3ª Fórmula.(1390-1565): la autonomía moral y el reino de fines.
a)La síntesis de las dos fórmulas anteriores, uniendo el aspecto objetivo (su universalidad) y el aspecto subjetivo (la humanidad del  hombre como fin de la voluntad), uniendo la razón práctica y la voluntad(1390-400), es la idea de “la voluntad de todo ser racional como una voluntad universalmente legisladora” (1405). <Dicho de otra manera: por una parte la razón no sólo se representa leyes sino que las crea (es decir legisla); por otra parte la propia voluntad no sólo se dirige a sí misma sino que lo hace como si gobernara para todos ( es universal)>.Este principio obliga a rechazar cualquier máxima que sea incompatible con una voluntad autolegisladora (1410). Sólo en el casode una voluntad de este tipo se puede hablar de una voluntad que decide de forma completamente desinteresada (1445).
b)De acuerdo con ello la ética se atiene al principio de la autonomía de la voluntad , (1465) es decir la idea de que la moralidad radica en una voluntad que se determina a sí misma ajena a interés externo, y rechaza la heteronomía de la voluntad (la dependencia de interés o fin externo).Según este principio cada uno ha de verse como legislador universal.
c)De ello se sigue la idea de un “reino de fines”,(1470-1565) que es ”el enlace sistemático de distintos seres racionales por leyes comunes” (1470-75)<que sería un mundo u orden social en el que los hombres se enlazasen como personas, es decir como sujetos con voluntad autónoma>.
Entre sus características tenemos que
-Tal reino es un ideal (1480) que no se debe confundir con la sociedad  real.
-el hombre pertenece al mismo en cuanto legislador universal y además sujeto a leyes (1490).Por ello el vínculo común es el deber. (1505)
-este reino atiende la dignidad propia de las personas, cuyo reconocimiento es el sentimiento de respeto, primando así la dignidad y no el precio (1535-50).<Nótese que esa dignidad proviene de nuestra libertad, de la autonomía de la voluntad>
-conclusión: en virtud de su autonomía el hombre es apto para ser miembro de un reino de fines.(1555-65)<es decir de una comunidad moral>
Tenemos así que de la idea de una voluntad auto legisladora se desprende el ideal de una comunidad moral que guiaría los actos del hombre para aproximarse a ese ideal.
A ello corresponde la formulación más definitiva: ”todas las máximas, por propia legislación, deben concordar en un reino posible de los fines, como reino de la naturaleza”(1585)

 



La explicación de la estructura de las fórmulas y la recapitulación de las misma con su enlace sistemático (1570-1710).La primera fórmula responde al aspecto formal (no contradicción); la segunda al aspecto material (el hombre como fin) y la tercera a la determinación de todas las máximas posibles (concordancia con un reino de los fines) (1575-85).
4.-Conclusión general: establecimiento de los principios morales(1715-1865).
a)La autonomía de la voluntad es el  principio supremo de la moralidad (1715-1730)
Se explica como la autonomía estriba en que la misma constitución de la voluntad consiste en darse su propia ley  “con independencia de los objetos del querer(1715). De modo que por una parte la voluntad se obliga a ser autónoma (1725) y como voluntad libre sólo puede quererse a sí misma (1730). De ahí que el sentido del Imperativo categórico sea a fin de cuentas que actuemos autónomamente.
b)Los principios heterónomos son improcedentes (1735-1790)
Se detiene especialmente a criticar el principio de felicidad y el principio de perfección (1765-1785). Hay una crítica velada a Hume cuando rechaza la pretensión de apelar al “sentimiento moral” para fundar estos principios, pues este sentimiento no tiene razón de ser como un sentido independiente.(1775)
c)conclusión definitiva: la identidad entre la autonomía y el formalismo moral.
La BV es la voluntad autónoma que no contiene ningún fin concreto sino sólo “la forma del querer en general” (1850), consistente en no tener otra ley que convertir toda máxima de la voluntad en ley universal.
Siendo esta máxima una proposición sintética a priori se trata de indagar cómo es posible y porque es necesaria en la práctica .  Hasta ahora no se ha justificado sino su posibilidad y necesidad teórica. Por lo que hace falta pasar del proceder analítico de éste capítulo al proceder sintético (1865).

III PARTE. DE LA M.C. A LA CRÍTICA PURA PRÁCTICA.
1.-El concepto de libertad es la clave para explicar la autonomía de la voluntad.
- Se aclara primero  el concepto de libertad coherente con la perspectiva moral. Hay que evitar la confusión con el sentido meramente negativo de libertad como causalidad interna opuesta a la necesidad natural(1875), mientras que la libertad moral, o como dice la definición positiva de la voluntad libre entiende ésta como “sometida a leyes morales” (1895) <opuesta por tanto a las inclinaciones sensibles>.
-Se justifica tal concepto que tiene carácter sintético por cuanto se precisa de un concepto que enlace la BV y la ley universal (1900): la voluntad al regirse por la ley universal racional es libre.

2.-La libertad  como propiedad de la voluntad debe presuponerse en todos los seres racionales.
-sólo puede haber libertad, condición de la moralidad, si la libertad es propiedad de todos los seres racionales (1915). Y efectivamente los seres racionales tienen libertad por cuanto su razón es práctica, ya que esta causa sus objetos y  crea su propia ley. Por tanto no hay voluntad propia sin la idea de libertad (1940).

3.-Del interés que reside en las Ideas de moralidad.
Tenemos que la libertad es una idea, no una realidad demostrada. Hay que aclarar en qué sentido:
-La idea de libertad es un postulado moral: aunque indemostrable, es un supuesto imprescindible para el concepto de todo ser racional (1945)
-Surge sin embargo el problema de su posibilidad en términos prácticos y no meramente teóricos como hasta ahora. ¿Qué interés puede venir de la razón que valga más que los intereses sensibles?, o lo que es lo mismo :¿por qué debo someterme a las leyes morales?.
Si apelo simplemente a la libertad puedo caer en un círculo vicioso (2000)  pues he construido la idea libertad a partir de las leyes morales (es decir como obediencia a las leyes morales (1985-2000)
-La solución es que libertad es una posibilidad, o sea es una idea realizable, por cuanto no tiene que ver con el orden de los fenómenos sino con lo nouménico o la realidad en sí. (2025) Es así “causalidad interna”, lo que nos lleva un punto de vista diferente de la causalidad externa <juzgamos a alguien moralmente dando por su puesto que tiene el poder de causar sus actos racionalmente, aunque objetivamente sólo podemos conocer las causas externas de su conducta>
<conviene tener en cuenta que según Kant no tenemos conocimiento inmediato de esta libertad o causalidad interna sino sólo un sentimiento de su efecto en nuestras vivencias, del que cabe suponer que esta causalidad está en su base(2040)>
-De acuerdo con la diferencia entre el fenómeno y el noúmeno se hace preciso distinguir entre el  mundo inteligible  y el mundo sensible (2040-45), así como entre la razón y  el entendimiento (2055-65).
Se concluye lógicamente que el hombre en cuanto ser racional pertenece al mundo inteligible ( es decir se juzga por las leyes morales) (2070) y si nos pensamos como libres nos incluimos en el mundo inteligible (2095).


4.-¿Cómo es posible un Imperativo categórico?
-Pertenecemos tanto al mundo inteligible como al sensible, desde diversas perspectivas, pero el segundo depende del primero (ya que es la realidad en sí). Se sigue que las leyes del mundo inteligible mandan sobre las sensibles, y lo hacen en forma de imperativo (se dirigen a la voluntad). (2125)
-Este imperativo categórico es un juicio sintético a priori por cuanto se pone por encima de las inclinaciones sensibles (a la manera como las categorías del entendimiento ordenan los datos sensibles) 2130-35. La prueba es nuestro sentimiento íntimo: hasta el mayor bribón se siente en el fondo con buena voluntad y lamenta no haberlo demostrado (2140-160) <en este punto Kant hace suya a su manera la idea de Rousseau de que el hombre es bueno por naturaleza>

5.-De los extremos límites de toda filosofía práctica.
Trata de aclarar finalmente cómo son compatibles la libertad moral y la necesidad natural (es decir lo nouménico y lo fenoménico), lo que en el fondo plantea la compatibilidad entre las conclusiones de la CRP y de la CRp.. Las ideas fundamentales son:
-Siendo la libertad una idea (no un fenómeno), hay que suponer que entre ella y la necesidad natural no hay verdadera contradicción y que ambas son perspectivas necesarias para entender al ser humano (2190)
-No hay contradicción al pensarnos en dos sentidos distintos: hay razones para representarnos como fenómeno (la experiencia sensible) y como noúmeno (la conciencia de sí mismo) (2230-45)
-El error de la Razón pura no estriba en pensarse como miembro del mundo inteligible sino en pretender intuirse (tener experiencia sensible) en el mismo (2270). Por ello no hay que pensar el mundo inteligible como algo real (es decir un hecho constatable) sino como condición formal de toda la conducta humana (2290)<la condición limitativa de nuestras máximas>
-Por el contrario es imposible explicar cómo es posible la idea de la libertad, pues es “mera idea” y una suposición valida para todo ser racional (2305)
-La contradicción entre el fenómeno y el noúmeno desaparece si se tiene en cuenta que tras los fenómenos están las cosas en sí aunque ocultas (2320), de lo cual es indicio el sentimiento moral (2325). No sólo la razón esta por detrás de la sensibilidad sino que predomina sobre esta (2330-2350).
-El Imperativo categórico es posible por la idea de libertad (es decir siempre nos podemos regir por la ley moral ya que somos causa de nuestros actos). Pero cómo esto sea posible ,<es decir de que forma la libertad se puede hacer valer sobre las causas externas>, es algo que excede la capacidad humana (2360-80).
-Como conclusión final tenemos: que la idea de libertad ligada al ideal de un reino de fines, meta final del  hombre, aunque sea inalcanzable en el mundo sensible, es de utilidad práctica para la fe racional . (2385-420)
Al final de toda la indagación nos hemos de conformar con la idea de que si bien no podemos concebir una ley práctica incondicionada (es decir en la práctica es imposible saber si nuestras máximas o motivos no están mezclados con la sensibilidad), podemos al menos concebir las razones de su inconcebibilidad (2440-45).







No hay comentarios:

Publicar un comentario