I.
Filosofía griega.
Los filósofos griegos fueron
los primeros que trataron de explicar la naturaleza humana. Entienden al hombre
como una parte de la naturaleza, pero también como el más privilegiado y
especial de todos los seres naturales. Ello se debe a que:
-tiene una naturaleza
racional por la que dispone de la inteligencia para comprender la naturaleza, comprenderse a sí
mismo y guiar su vida conforme a lo que es mejor.
-es capaz de independizarse
de las ataduras de naturaleza, al organiza su vida en sociedad (polis), ideando
normas, creando cultura, costumbres, avances técnicos, todo lo cual mejora su
vida y le permite vivir como un ser racional.
Las principales teorías han
sido:
Platón.
-Sostiene una teoría
antropológica dualista. El ser humano está compuesto de cuerpo y alma. Estas
partes son realidades independientes que se encuentran temporalmente juntas
mientras dura la vida, separándose el alma después de la muerte.. El cuerpo es
material y sensible, por medio de los sentidos corporales estamos en contacto
con la realidad. El alma es racional y se identifica con la inteligencia y la
mente. Como ente material el cuerpo es perecedero y se destruye con la muerte.
Como ente espiritual el alma es inmortal
y única, carece de partes compuestas.
-La parte más noble del
hombre es el alma que tiene su mirada puesta en el mundo espiritual, la bondad,
la belleza y la justicia. El impulso propio del alma es el amor, fuerza por la
que el alma pugna por trascender a lo eterno y espiritual venciendo la
resistencia del cuerpo que atrae al hombre hacia lo material.
-El hombre es una mezcla de
tres potencias: la sensibilidad y los apetitos (deseos sensibles), la voluntad
y la razón. Las dos primeras están ligadas al cuerpo y la tercera al alma. La
parte sensible y la parte racional están siempre en pugna. La vida adecuada
para el hombre es seguir la parte racional dominando y controlando los impulsos
y apetencias sensibles y dirigiendo adecuadamente su voluntad para alcanzar el bien y un orden social justo.
Aristóteles.
-Sostiene una teoría
antropológica monista. Cuerpo y alma son las dos partes inseparables de una
sustancia único. El alma es el principio vital que da forma a la base material
que es el cuerpo. El alma humana contiene tres partes que corresponden a las
principales funciones vitales: la vegetativa, ligada a la alimentación y
reproducción, la sensible ligada al movimiento y a la capacidad de sentir, y
por fin la racional, encargada de comprender la realidad y de conocer. Estas
partes forman una unidad dirigida por la parte racional.
-Como parte de su naturaleza
racional el hombre es un ser dotado de lenguaje y por ello al mismo tiempo un ser eminentemente social. La vida social
es parte indispensable de la naturaleza humana. Ello permite progresar y llevar
una vida conforme a la razón, teniendo en cuenta lo que es justo e injusto.
-El hombre anhela por encima
de todo la felicidad. La felicidad plena que corresponde a la naturaleza
racional del hombre radica en la
búsqueda de la verdad y la sabiduría,
por la que nos comprendemos a nosotros mismos y la naturaleza.
Los estoicos. Pertenecen al
período helenístico que presenta algunas diferencias importantes con los
filósofos anteriores.
-Entienden que el alma
humana es parte del alma del universo. El fin de la vida es la armonía con el
universo, cosa que sólo es posible comprendiendo la naturaleza y dominando
nuestras pasiones.
-Frente a la creencia en el
ideal de la polis, defienden el ideal de la independencia y autosuficiencia del
individuo, así como también el cosmopolitismo, por el que la única patria del
hombre es el universo.
II.
Cristianismo.
El pensamiento cristiano
presenta un nuevo modelo, ligada a su concepción religiosa. A diferencia del
pensamiento griego ve en la fe lo más valioso del ser humano, lo que no
significa que desdeñe la razón.
Parte de considerar al
hombre como una criatura (obra de la creación divina), que tiene la condición
singular de estar hecho “a imagen y semejanza de Dios”. Esto se traduce en que:
- El hombre aun cuando sea
parte de la naturaleza ocupa una posición intermedia entre Dios y las
criaturas. Le corresponde el dominio y
cuidado de la naturaleza.
-Todos los humanos son
iguales en dignidad y están llamados a amarse fraternalmente.
-el ser humano se
caracteriza por ser libre como ser racional, y esto significa ser capaz de
distinguir y elegir entre el bien y el mal. Por ello es responsable de sus
actos.
-La vida humana gira en
torno a la necesidad de salvación, pues a pesar de todo el hombre es
defectuoso. El fin último del ser humano
es unirse a Dios, alcanzando de esta manera su salvación. Pero para ello es
indispensable la gracia divina.
S. Agustín (s.V d.c.) puso el acento en el carácter finito y
falible del hombre y en la necesidad de la ayuda divina para que el hombre haga
buen uso de su libertad dado que no puede vencer por sí solo la inclinación al
mal. Según este autor “Dios habita en el interior del alma” por lo que ve en los
sentimientos y pasiones la vía para encontrar a Dios.
Sto. Tomás de Aquino (s.
XIII d.c.) es el principal representante de la escolástica y defiende el poder
de la razón para guiar la vida humana hasta la felicidad en la vida eterna,
pero también para ser buenos y felices en esta vida siguiendo la “ley natural”,
que es la ley eterna de Dios impresa en la conciencia humana y que por tanto
todos los hombres, como seres racionales que son, pueden comprender y seguir.
III. RENACIMIENTO.
El Renacimiento (s. XV y
XVI) es un profundo movimiento de renovación cultural que se inspira en la
tradición grecolatina para ilustrar los nuevos ideales humanistas especialmente
en el arte y la ciencia. Su lema es que “todo puede ser uno” y que el hombre es
el “microcosmos” del universo, el compendio de todos los poderes y capacidades
naturales, pues sólo el hombre puede entre los seres naturales captar todo en
su unidad. Para Marcillio Ficino el hombre es un dios en miniatura, capaz de
transformar y dominar la naturaleza en su propio beneficio. Pico della
Mirándola destaca la libertad radical como principal cualidad humana. Por su
parte Maquiavelo separa las reglas políticas de la ética y la religión,
destacando que la maldad es una inclinación natural del hombre dada su naturaleza
egoísta. Eso explica que la vida y concretamente la política no consista en
otra cosa que en la lucha por el poder.
IV. LA MODERNIDAD.
(s.XVII-XIX).
El
pensamiento moderno supone una renovación profunda de la idea del hombre,
tratando de verlo desde la óptica de la razón. En general se destaca por una
parte el carácter natural de la realidad que comparte con todos los seres
vivos. Pero por otra parte se tiene al hombre por el centro del universo
(antropocentrismo), haciendo de la subjetividad la base para entender la
naturaleza y el universo, así como para hallar el fundamento de la ciencia, el
conocimiento y la moralidad. La Ilustración plantea el ideal de la liberación
de la humanidad de la ignorancia mediante la educación y el conocimiento, para
que el ser humano logre así la mayoría de edad.
En el racionalismo destaca
R. Descartes que ofrece una nueva versión dualista, según la que el hombre está
compuesto de cuerpo y alma. El alma es una “sustancia pensante” caracterizada
por la autoconciencia. El cuerpo es estricta materia y por tanto extensión, y
funciona según las leyes físicas como una maquina. El alma, yo o conciencia, que es el centro de la realidad humana, como
la sustancia pensante que es, es libre, creativa y espontánea y puede determinar
nuestra voluntad. Por su parte el cuerpo se mueve mecánicamente pero siempre en
armonía con los dictados de nuestra voluntad, de ahí que tengamos la sensación
de que cuerpo y alma, materia y pensamiento, forman una unidad. Descartes trata
de explicar esta armonía suponiendo que cuerpo y alma se encuentran en la
glándula pineal.
Los empiristas,
especialmente D. Hume niegan el alma y cuestionan el carácter sustancial del
yo, defendiendo que nuestra realidad psíquica y mental no coincide con la
conciencia. Igual que nuestra mente es mucho más que nuestra conciencia, no
siendo más que la unidad de todas nuestras vivencias internas, sentimientos,
pasiones, emociones, etc, sucede también que nuestra identidad no es algo fijo
y único, sino cambiante y fragmentado. De acuerdo con ello la guía del hombre
no está en la pura razón sino en los sentimientos, así como en la experiencia
por la que hacemos nuestros los hábitos y costumbres que marcan nuestras vidas.
Para los empiristas el hombre es “un animal de costumbres”.
Kant entiende que, aun
cuando el hombre tenga una dimensión natural por la que podemos explicar su
conducta objetivamente, es, de acuerdo con su naturaleza racional, un ser por
encima de todo libre y moralmente autónomo. Por muchas que puedan ser sus
motivaciones e influencias sensibles, el hombre puede en este sentido obrar
racionalmente y seguir la voz de la conciencia. En ello estriba su libertad y
dignidad, que lo eleva por encima del orden natural.
V. EL SER HUMANO EN EL MUNDO
CONTEMPORÁNEO.
-La idea del hombre en el
s.XIX.
Los avances de la ciencia y
el progreso técnico y económico producen grandes cambios en la mentalidad
colectiva. Por ejemplo el darwinismo “rebaja” al hombre a ser uno más entre los
seres vivos, como producto de la evolución; los grandes cambios y movimientos
sociales fomentan la sensación de que no está claro que el hombre controle su
destino y no sea un juguete de la historia o las leyes sociales.
Los pensadores
contemporáneos tienden a resaltar la finitud y limitación humana, cuestionando
sobre todo la soberanía de la razón. Para ellos la vida humana depende de
fuerzas ajenas a la razón, como por ejemplo su naturaleza biológica, las
relaciones sociales e históricas, los impulsos y tendencias naturales..etc. Se
pueden destacar:
C. Marx, creador del
marxismo, concibe al hombre como un sujeto social y colectivo, unido por las
relaciones de producción. El hombre es ante todo un animal que trabaja, no sólo porque el
centro de su vida sea el trabajo sino porque lo que cada individuo sea depende
de la posición que ocupe en la sociedad. El trabajo es la acción colectiva
destinada a transformar la naturaleza en beneficio del hombre. Por el trabajo
el hombre se realiza. Pero la división del trabajo entre poseedores de los
medios de producción y quienes sólo poseen su fuerza de trabajo crea una
situación de alineación o explotación de los trabajadores. La alineación
es estar excluido del control del proceso productivo y del beneficio del
trabajo. El ideal marxista es liberar al hombre de su alineación acabando con
la dependencia de los trabajadores para que estos controlen el proceso
productivo. A su vez el marxismo piensa que las ideas y creencias sociales
dependen de los intereses de cada clase social, de modo que las ideas dominantes
serían las favorables a los intereses de las clases económicamente dominantes.
F. Nietzsche, expresa la
crisis de valores y el advenimiento de las masas al primer plano de la vida
social, crisis que designa como “la muerte de Dios”. Para Nietzsche esta
crisis pone en evidencia la pretensión de que todo, incluida la vida humana, se
pueda ordenar racionalmente de una manera fija e imperecedera. Frente a este
espiritualismo y racionalismo, el hombre sería sobre todo Voluntad de poder, esto es capacidad de crear y superarse de
acuerdo con sus impulsos y pasiones. Para Nietzsche habría dos tipos humanos
fundamentales: el “hombre masa”, que sigue su instinto gregario o de rebaño
adaptándose a la realidad y sometiendo sus impulsos a los valores establecidos
y a las conveniencias sociales; el “superhombre”, que viviría plenamente
asumiendo la Voluntad de poder, siguiendo sus impulsos vitales y creando nuevos
valores con los que eleva la vida y cultura humana a un nuevo nivel y
disciplina sus deseos e inclinaciones, para afrontar siempre nuevas metas.
-La idea del hombre en el s. XX
La
filosofía no ha podido estar al margen de las grandes convulsiones que han
traumatizado la humanidad en el siglo XX, como las guerras mundiales, los
totalitarismos, el Holocausto y el Gulag..etc, hechos que han provocado serias
dudas sobre el valor que al hombre le merece su libertad y dignidad. Frente al sometimiento del hombre
a las relaciones impersonales, tienden a defender la realidad personal y
exclusiva de cada ser humano. Hay que destacar:
El existencialismo es un
movimiento filosófico de la primera mitad del siglo XX que, también sensible a
la crisis de valores del mundo contemporáneo, destaca la radical soledad y
finitud del hombre en el mundo. Para este movimiento el hombre no tiene esencia
o naturaleza, es decir una realidad fija y determinada, sino “existencia”, es
decir la vida que se hace por sí mismo en sus circunstancias. Aunque no sea
propiamente existencialista lo expresa Ortega y Gasset: “yo soy y mis
circunstancias”. Somos lo que nos vamos haciendo. Para esta corriente la
libertad es la clave de la existencia humana. J.P. Sartre defiende que el
hombre “está condenado a ser libre”, no puede dejar decidir su futuro. Lo que
el hombre vaya a ser depende sólo de sí mismo, aunque, como piensa J.P.Sartre,
el hombre nunca puede alcanzar sus metas e ideales, lo que convierte a la vida
humana en “una pasión inútil”.
El personalismo es una
importante corriente filosófica del s. XX centrada en la defensa de la dignidad
del ser humano. Su principal representante E. Mounier entiende que el hombre es
fundamentalmente persona y no meramente individuo. Como persona está dotado de
libertad, responsabilidad y sentido
moral. En este sentido M. Scheler sostiene que la realidad personal viene de su
apertura al mundo de los valores, como el bien la justicia, la felicidad, la
belleza, etc. Al hombre no le basta vivir meramente sino ser justo, bueno,
feliz..etc. La idea de individuo sin
embargo designa la reducción del hombre al plano puramente natural y
egocéntrico, viviendo en sociedad como si fuera un átomo cerrado en sí mismo,
para quien la única relación posible con sus semejantes es la explotación y el
poder. Para el personalismo el hombre solo se realiza como persona en comunidad
con sus semejantes, por lo que esta realización es indisociable del compromiso
y la colaboración por hacer un mundo más humano.
ANEXO.
LOS MODELOS DEL HOMBRE EN LA
PSICOLOGÍA CONTEMPORÁNEA.
Desde el s. XX la Psicología
pretende ser una disciplina científica que trata de explicar la mente o la
conducta práctica del hombre a partir de datos objetivos, evitando
especulaciones y suposiciones. Pero las más importantes escuelas psicológicas
presentan modelos muy diversos, cuando no contrapuestos del hombre. Destacaremos
los siguientes.
El conductismo. Es una
escuela originada por los experimentos
de Pavlov de condicionamiento, que ha tenido gran éxito en el mundo anglosajón
especialmente. Siguen una terapia para resolver los trastornos y desequilibrios
psíquicos consistente en modificar la conducta de modo que el individuo se
adapte al medio satisfactoriamente. Supone que lo importante en la vida no son
las creencias, sentimientos o propósitos, sino la conducta por la que nos
adaptamos a la sociedad. Esta conducta depende del aprendizaje de ensayo error
por el que adquirimos hábitos y habilidades que nos permiten alcanzar nuestras
metas. Los conductistas tratan de condicionar la conducta estimulando las
conductas satisfactorias o convenientes con refuerzos o premios, e inhibiendo
las conductas inconvenientes con castigos.
El psicoanálisis es una
corriente opuesta a la anterior que se presenta como una terapia destinada a
curar las neurosis y patologías psíquicas. Su creador S. Freud plantea que las
causas de las neurosis y patologías psíquicas son fundamentalmente los traumas
y complejos que el individuo ha podido adquirir en su niñez y que no ha podido
superar. Se trataría de que se hiciese consciente de su origen concreto
mediante la intervención del psicoanalista. Este planteamiento obedece a una
idea particular de la mete humana. Los motivos fundamentales de la conducta
human tiene su origen en impulsos inconscientes como el impulso sexual yo de
muerte. Estos impulsos son inconscientes porque el hombre no los puede
satisfacer dado que la realidad lo impide. La mente humana se compone del
subconsciente y la conciencia o parte racional. Hay tres instancias: el ello,
la parte inconsciente de los impulsos y tendencias naturales; el superyo, que
es la conciencia moral y los ideales morales con los que controlamos los
instintos y que responde a las obligaciones que impone la vida social; el yo,
la parte consciente y racional, que media entre el ello y el superyo. Cada
individuo se mueve por el principio de placer y el principio de realida. El
principio de placer es natural y espontáneo, se dirige a satisfacer los deseo e
impulsos sensibles. El principio de realidad exige tener en cuenta las
posibilidades de la realidad. La vida requiere un equilibrio entre estos principios.
Si no se tiene en cuenta la realidad nuestra existencia se expone al peligro y
la destrucción. Si no se encuentra en algún grado placer, la vida sería
insatisfactoria y potencialmente neurótica y desequilibrada.
El humanismo, es una
corriente intermedia que ha tenido mucho éxito desde los años sesenta. Busca
fórmulas prácticas para que el sujeto resuelva sus problemas concretos. Supone
que el hombre tiene una serie de necesidades básicas cuya satisfacción permite
su bienestar, siendo el fin común la autorrealización. Uno de sus autores,
Maslow propone una famosa pirámides de necesidades:
No hay comentarios:
Publicar un comentario